En el planeta Athshe, el ciclo de la vida, la cultura, las costumbres, los modos mentales nacen y se desarrollan en la estabilidad autónoma del cosmos, pero la llegada de una expedición terrestre cambiará dramáticamente el pacífico modo de vida de los nativos del planeta. Un universo dinámico y en equilibrio que se mantiene en el tiempo de acuerdo con leyes propias que no admiten la intromisión del hombre.Novela de corta extensión donde vemos cómo el hombre ha llegado al planeta Athse a por madera para la Tierra. La deforestación y la confrontación al respecto que surge con la especie humanoide del lugar son la principal problemática de la expedición.
De esta novela hay que alabar el mundo creado, las consecuencias de nuestros actos o la crítica social inherente. Una obra donde Le Guin vuelve a deleitarnos con su saber hacer en cuanto a crear culturas diferentes se trata y donde nos muestra la incapacidad de cambiar la actitud humana. Este libro es como un sueño largo, que sabemos lo que va a ocurrir sin poder remediarlo ni pararlo y donde nos vemos obligados a recorrerlo sin marcha atrás.
Lo mejor a mi parecer es el protagonista «humano» athsiano Selver, que tiene unas reacciones y una personalidad muy potente. La historia en su conjunto no se sale de los tópicos, a pesar, como digo, de construir una sociedad con unos valores y unas implicaciones impresionantes. Sólo por esto último ya valdría la pena leérselo.
El gran logro de la novela es la forma tan intensa de mostrarnos el enfrentamiento entre dos culturas tan diferentes, y la idiosincrasia de la raza humana, destructora y aniquiladora de todo. Además el estilo elegante y poético de la autora nos hace digerir de manera notable la historia contada.
Mi nota: 7/10.
Nostalgia por el infinito 