Lo mejor de la ciencia ficción soviética I – Varios Autores

Título: Lo mejor de la ciencia ficción soviética I
Autor: Varios Autores
Editorial: Orbis
Páginas: 189 
Año: 1986
Género: Ciencia Ficción - Recopilatorio
Traducción: Sebastián Castro (Luis Vigil)
Calificación:

Puntuación: 2.5 de 5.

Domingo Santos fue uno de los personajes más emblemáticos de la ciencia ficción española. Autor de numerosos relatos y novelas se prodigó también como antologista, traductor o articulista, amén de cofundador de la mítica revista Nueva Dimensión. Dentro de su trabajo como recopilador se responsabilizó de la publicación, dentro de la colección de libritos azules de Orbis destinados a la ciencia ficción, de una selección de relatos de autores soviéticos.

Relatos soviéticos ya habían aparecido en España previamente gracias a otra editoriales. Bruguera, por ejemplo, ya había publicado «Lo mejor de la ciencia ficción rusa», A.T.E. tenía «Otros mundos, otros mares» en el mercado y Acervo con su conocida colección «Antología de novelas de anticipación» dejó un número XV dedicado a este país. A pesar de ello la colección de Orbis fue la que se popularizó en mayor medida, ayudando en este caso a conocer en España parte de la producción de este país la cual posee un estilo y unas características bastante particulares. Por razones de tamaño se dividió en tres volúmenes, el primero de los cuales reseñamos aquí. Este primer volumen es bastante irregular. Desconozco los criterios que usó Domingo Santos para seleccionarlos, quizás con la ayuda de Luis Vigil a la postre traductor de la mayoría de los relatos, pero salió un heterogéneo grupo de escritores y de estilos, cosa por otra parte nada infrecuente en cuanto a recopilaciones se trata.

Abre el libro un buen relato de la familia Abramov (Alexander y Sergei son padre e hijo): La escala del tiempo, de corte policíaco pero imbricado con una especie de viaje temporal. Una historia que juega con el libre albedrío de manera imaginativa, amena e intrigante. Alexander Beliaev nos deja posteriormente varios relatos muy científicos. En Mister Risus se consigue estudiar matemáticamente un concepto como la risa. Muy teórico y poco creativo. En líneas generales bastante aburrido. En La gravedad ha desaparecido consigue algo más de interés con una trama convincente acerca de experimentos con la gravedad y los efectos de su ausencia, aunque no remata de la forma más idónea en un giro de acontecimientos algo extraño.

Los dos siguientes cuentos de Dmitri Bilenkin se desarrollan en un Marte muy interesante pero son bastante escuetos tanto en longitud como en trasfondo. En El oleaje marciano al menos nos deja un estilo poético y reflexivo con la explicación de un extraño fenómeno que se desarrolla en una especie de bahía del planeta rojo. Un cuento con algún buen detalle pero poco más. La puerta cerrada tiene un estilo más sobrio y en sus poco más de 4 páginas nos habla de ecología marciana y de sorprendentes descubrimientos pero de una manera somera y sencilla. Dos relatos demasiado breves para todo lo que se quería contar.

Kir Bulychov nos deja uno de los relatos más amenos y simpáticos. En Una chiquilla a la que nunca le pasa nada vemos un estilo juvenil y humorístico para presentar a una muchacha que vive numerosas aventuras por el espacio conociendo criaturas alienígenas o provocando pequeños conflictos diplomáticos. Un relato que a la larga tuvo mucho recorrido en la Unión Soviética y que deja buen recuerdo. Similar sensación deja a su vez el único relato del siglo XIX que aparece en la colección. Las islas voladoras del singular Antón Chéjov es una pequeña parodia al más estilo Julio Verne donde unos intrépidos ingleses deben viajar hasta la Luna para desentrañar el misterio que suponen una especie de puntos orbitando nuestro satélite. Bastante distendido y simpático, pero poco más.

Anatoly Dneprov es es responsable de los cuatro últimos relatos del libro. En SEA vemos un buen tratamiento científico en la típica historia de robots que cobran consciencia a medida que aprenden más y más hasta que ven a sus creadores como un impedimento para su desarrollo, aunque es bastante previsible y tópico. En El mundo que abandoné opta por criticar al mundo de la producción con un extraño relato acerca de una máquina que reproduce un experimento dando trabajo a gente… ¡resucitada! Un batiburrillo extraño que no termina de funcionar. Otra máquina pensante aparece en La máquina CE, modelo número uno, donde su creador pretende hacerse rico gracias al buen hacer una especie de ordenador que predice buenas inversiones. El problema es que la narración se hace con unos personajes y un contexto que no aportan mayor gracia al asunto. Se sobrepone el bueno de Dneprov con un buen relato que finiquita este libro: Los cangrejos caminan sobre la isla es un ejemplo de clásica historia soviética donde el desarrollo tecnológico y la presencia de la Guerra Fría estaban presentes en muchas narraciones. En este caso nuestros protagonistas experimentarán cómo evolucionan unos cangrejos mecánicos en una isla desierta con resultados algo inesperados. Un relato bien llevado aunque algo escaso de sentimiento.

En resumen un primer volumen dedicado a la ciencia ficción soviética algo irregular, con buenas muestras de la literatura científica que desplegaban los autores de este país con su fe ciega en la ciencia pero cuya calidad quizás no se aprecie del todo si no tienes una buena base de conocimiento de la sociedad existente dentro del comunismo dominante. Como cualquier recopilación de relatos podrás encontrar bastante variedad de autores y estilos, con abundancia de ciencia ficción científica y por desgracia escasez de desarrollo en el plano social y humano por lo que los relatos suelen ser más fríos y técnicos.

Un listado de los relatos son:

  • Sergei y Alexander Abramov – La escala del tiempo (1967)
  • Alexander Beliaev – Mister Risus (1937)
  • Alexander Beliaev – La gravedad ha desaparecido (1927)
  • Dmitri Bilenkin – El oleaje marciano (1966)
  • Dmitri Bilenkin – La puerta cerrada (1965)
  • Kir Bulichov – Una chiquilla a la que nunca le pasa nada (1965)
  • Antón Chéjov – Las islas voladoras (1883)
  • Anatoly Dneprov – SEA (1958)
  • Anatoly Dneprov – El mundo que abandoné (1961)
  • Anatoly Dneprov – La máquina CE, modelo número uno (1959)
  • Anatoly Dneprov – Los cangrejos caminan sobre la isla (1958)

Deja un comentario