Unas extrañas y llamativas luces verdes en el cielo provocan que la inmensa mayoría de los seres humanos se queden de pronto ciegos ante su contemplación. En pocos días, la estructura social se destruye y la civilización se colapsa. El horror se agrava cuando los trífidos, unas plantas carnívoras, dotadas con una especie de látigo o aguijón venenoso y capaces de desplazarse sobre sus tres patas, escapan de su confinamiento y amenazan en las calles y descampados a los humanos.
El día de los Trífidos es algo más que una simple novela de ciencia ficción, este libro nos muestra la conducta humana en una situación desesperada y las distintas ideas, algunas de ellas alocadas, que surgen de la mente de las personas cuando no existen recursos ni opciones, y cuando la supervivencia humana está en juego. Nos desarrolla diversas sociedades que nacen y mueren, que aparecen como la esperanza humana y que desaparecen con la misma rapidez con la que salieron a flote. Entre los supervivientes se encuentra Bill Mansen que intentará sobrevivir a esta catástrofe con ingenio y decisión pero sabedor que por muchos esfuerzos que realice, costará mucho trabajo volver a tener una sociedad normal como antaño.
Por otra parte los trífidos se nos muestran como un accidente en su cultivo, pasan de ser simples especies de granja o jardines a proliferar por todo el mundo. Venenosos, astutos, y quién sabe si inteligentes y comunicativos. Lástima que no se les de más protagonismo en el libro.
El libro es un clásico imprescindible. Dentro de las distintas temáticas que desarrolla la ciencia ficción este es el más ingrato porque siempre nos muestra el lado amargo de la humanidad y por lo general los finales no son nada halagüeños. Pero este libro consigue trasmitirnos muchas sensaciones positivas, muchas esperanzas puestas en la capacidad humana y en su afán de seguir adelante cueste lo que cueste.
Mi nota: 8/10
Nostalgia por el infinito 